Las glándulas de Meibomio, localizadas en el borde de los párpados, juegan un papel crucial en la composición de la lágrima. Por ende, también, en la salud ocular.
Estas glándulas producen una secreción lipídica que forma la capa más externa de la película lagrimal, conocida como capa lipídica.
La capa lipídica previene la evaporación rápida de la lágrima. Así, permite el mantenimiento de la superficie ocular lubricada y protegida. La alteración en el funcionamiento de las glándulas de Meibomio puede llevar a afecciones como el ojo seco, afectando la calidad de vida de las personas.
El Ojo Seco: Tipos y Diagnóstico
El ojo seco es una condición multifactorial, caracterizada por una falta de lubricación y humedad en la superficie del ojo. Internacionalmente, se reconocen dos tipos principales de ojo seco:

- Primero, Ojo Seco Evaporativo: Es el más común, y se produce, en líneas generales, cuando las glándulas de Meibomio no funcionan correctamente. Esto, lógicamente, lleva acompasada una reducción de la capa lipídica de la lágrima. Consecuentemente, se produce una evaporación más rápida de la lágrima. A esta alteración, globalmente, se le conoce como Disfunción de las Glándulas de Meibomio (DGM).
- Segundo, Ojo Seco Acuoso: También llamado ojo seco aqueoso. Ocurre, en general, cuando hay una insuficiencia en la producción de la porción acuosa de la lágrima, que es secretada por las glándulas lagrimales.
Diagnóstico del ojo seco
El diagnóstico de ojo seco se realiza, según las instrucciones que emite el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas, en general, mediante la realización de dos pruebas, que son el test de Schirmer, que mide la producción de lágrimas, y la tinción con fluoresceína, que permite visualizar daños en la superficie ocular.
Composición de la Lágrima y Glándulas Involucradas
La lágrima está compuesta por tres capas: lipídica, acuosa y mucínica.
- En primer lugar, y más externa, nos encontramos con la Capa Lipídica: Producida por las glándulas de Meibomio, previene la evaporación de la lágrima.
- Seguidamente, se sitúa la Capa Acuosa: En este caso, está producida por las glándulas lagrimales. En su caso, aporta la mayor parte del volumen de la lágrima y contiene nutrientes y componentes antimicrobianos.
- Por último, y la más interna, encontramos la Capa Mucínica: En este caso, está producida por las células caliciformes y las glándulas de Henle y Manz, permite la adhesión de la lágrima a la superficie ocular.

Como hemos visto, las principales glándulas secretoras de la capa lipídica (externa) son las glándulas de Meibomio.
Estas glándulas se encuentran en el borde libre de los párpados. Las podemos ver, fácilmente, tras el nacimiento de las pestañas, en la parte interna.
Sin embargo, además de las glándulas de Meibomio, otras glándulas importantes en la composición de la lágrima son las glándulas de Moll y las glándulas de Zeiss.
Por su parte, las glándulas de Moll son sudoríparas modificadas, ubicadas en el borde de los párpados. Sin embargo, las glándulas de Zeiss son glándulas sebáceas, asociadas a los folículos de las pestañas.
Aunque su contribución a la película lagrimal es menor en comparación con las glándulas de Meibomio y las glándulas lagrimales, su papel en la salud ocular no debe ser subestimado.
Alteraciones en las Glándulas de Meibomio y sus Consecuencias
Lógicamente, cuando las glándulas de Meibomio no funcionan correctamente, la capa lipídica se ve comprometida. De hecho, esto puede resultar en una evaporación rápida de la lágrima y ojo seco evaporativo.
En líneas generales, esto puede causar síntomas como ardor, picazón, enrojecimiento y una sensación de cuerpo extraño en el ojo.
Por su parte, la disfunción de estas glándulas puede ser causada por factores como el envejecimiento, enfermedades inflamatorias crónicas, oclusión glandular o mal uso o uso prolongado de lentes de contacto.
Indudablemente, una correcta composición lagrimal es esencial para una visión nítida y estable.
Así, la lágrima no solo lubrica la superficie ocular, sino que también proporciona una superficie óptica lisa y uniforme, crucial para una buena visión. Esto, indudablemente, se traducirá en una excelente agudeza visual.

Sin embargo, la falta de una película lagrimal adecuada puede llevar a fluctuaciones en la visión y molestias oculares significativas.
Principales síntomas y signos del ojo seco
En primer lugar, diremos que en los estadios principales puede ser que el paciente no presente ningún síntoma. A medida que el cuadro empeora, los principales síntomas y signos del ojo seco son los siguientes:
- Inicialmente, ojo rojo, e irritación.
- También, sequedad del ojo, y sensación arenilla, acompañadas de escozor y picor.
- Además, visión borrosa, que desaparece al parpadear de manera constante (por una autohidratación). Lógicamente, esto repercute en una pérdida de la agudeza visual.
- Por otra parte, aparece la fotofobia, sensibilidad a la luz.
- También, cansancio ocular.
- Viscosidad.
- Puede presentarse, también, un cuadro de Chalazión.
- En líneas generales, aparecerá una inflamación de los párpados, denominada blefaritis.
- Además, podemos observar que el borde interno del párpado se ve desigual o áspero.
- Por último, también se pueden ver arañas vasculares en los ojos, denominadas telangiectasias.
Recomendaciones para mantener unas correctas glándulas de Meibomio; el Papel del Óptico-Optometrista
El óptico-optometrista es el profesional encargado de la salud visual, especializado en la evaluación y tratamiento de problemas relacionados con la lágrima y la visión.

Es fundamental, por tanto, realizar revisiones periódicas para controlar no solo la calidad y cantidad de la lágrima, sino también la graduación, garantizando así una correcta visión.
En la actualidad, existen tratamientos que permiten mejorar la cantidad y la calidad de la película lagrimal. Entre ellos, indudablemente, los más comunes son la administración de lágrimas artificiales específicas del tipo de ojo seco existente. Pero, también, existen otros, como las terapias con luz pulsada, la administración de suero autólogo u otros, derivados de la insulina, etc.
Y, en caso de problemas patológicos, una pronta remisión al servicio de Oftalmología puede hacer que los problemas sean solucionados con más eficacia y rapidez, al tiempo que se disminuye el riesgo de secuelas para la visión.
En conclusión, las glándulas de Meibomio y otras glándulas lagrimales juegan un papel esencial en la salud ocular. Por ello, mantener una composición lagrimal equilibrada es crucial para una visión clara y cómoda. Por su parte, los ópticos-optometristas son aliados esenciales en el cuidado de nuestra salud visual. De hecho, las revisiones regulares son clave para prevenir y tratar problemas oculares.
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