La presbiacusia es un fenómeno de nuestros oídos análogo a la presbicia, o vista cansada en nuestros ojos.
De hecho, se define presbiacusia como una pérdida gradual de la audición a consecuencia del envejecimiento de nuestro oído interno.
Indudablemente, en alguna ocasión habremos escuchado eso de “¡abuelo, nunca me entiendes lo que digo a la primera!”
Obviamente, esta queja se vuelve cada vez más frecuente cuando llegamos a la madurez. En otras palabras, al igual que ocurre con el resto del cuerpo, el paso del tiempo va dejando su huella en nuestro sistema auditivo.
En líneas generales, según la Fundación Salud Visual, se calcula que entre el 30 y el 35 % de las personas de entre 65 y 75 años presentan algún grado de pérdida de audición.
Sin embargo, a partir de estos 75 años, este porcentaje se eleva de hasta el 50 % de los pacientes.
La presbiacusia, un deterioro progresivo
En el caso de la presbiacusia, su avance suele ser lento. Además, afecta tanto hombres como mujeres, aunque se da con mayor frecuencia y gravedad entre los varones.
Por otra parte, aunque detrás de esta condición auditiva pueden esconderse varias causas, la presbiacusia normalmente se debe a un deterioro de las células ciliadas existentes en la cóclea. Es decir, en el interior de nuestro caracol auditivo.
La cóclea es la parte del oído interno donde se encuentra el órgano de Corti, el verdadero responsable de nuestra audición.
Por su parte, las células ciliadas procesan el sonido. Así, lo codifican y lo envían al cerebro en forma de impulsos eléctricos. De esta forma, reflejan los datos acústicos que percibimos en señales eléctricas diferenciadas por tono e intensidad.
Lógicamente, al igual que ocurre con la presbicia en la vista, el deterioro auditivo se presenta de forma paulatina en ambos oídos. De tal modo que, muchas veces, las personas que padecen este deterioro no son conscientes de por qué oído oyen peor.
Incluso, tampoco son conscientes de que cada vez vayan a peor.
Evolución de la pérdida auditiva asociada a la edad
La presbiacusia, en un primer momento, afecta a las frecuencias más agudas. Es decir, a sonidos con frecuencias iguales o superiores a 4000 Hz.
Sin embargo, a continuación se van perdiendo las frecuencias medias y finalmente las graves.
Así, se va dificultando de esta forma progresiva la comprensión del habla.
La presbiacusia no solo viene debido al envejecimiento.
Causas de la presbiacusia
Aunque el envejecimiento constituye el factor principal, la presbiacusia puede atribuirse a otras causas como son:
- En primer lugar, la herencia genética.
- En segundo lugar, el consumo de tabaco y alcohol.
- Además, existe una relación directa entre la presbiacusia y la exposición prolongada ruidos intensos.
- Por otra parte, la presbiacusia puede venir asociada a las patologías como la diabetes, la hipertensión, la arteriosclerosis y otras condiciones cardiovasculares.
- Indudablemente, como causante, aparece con mayor frecuencia en pacientes con enfermedades propias del aparato auditivo, como por ejemplo, la otosclerosis. En este caso, estamos ante un crecimiento óseo anormal en el oído medio. Así, se ve afectada la cadena de huesecillos formada por el martillo, el yunque, el lenticular y el estribo.
- Por último, el consumo de ciertos medicamentos puede afectar el oído. Los más comunes son la aspirina y ciertos antibióticos.
¿Me estará pasando a mí? Cómo saber si tienes presbiacusia
En líneas generales, la presbiacusia hace que los sonidos se perciban con menos claridad y a un volumen inferior de lo normal.
Además, deberías prestar atención si:
- Primero, si el habla de otras personas se asemeja un murmullo y resulta difícil de entender.
- Segundo, si tienes dificultades para seguir las conversaciones. Generalmente, esta situación empeora especialmente cuando existe ruido de fondo.
- Tercero, si te cuesta distinguir los tonos altos en frecuencia (voces agudas) o entiendes mejor las voces de hombres que las de las mujeres.
- Por último, si te molestan ciertos sonidos o te parecen excesivamente fuertes.
La pérdida auditiva desde el punto de vista del familiar
Muchas veces, los pacientes nos indican la importancia de la implicación de los familiares en la resolución del problema auditivo.
Por ello, si vives con una persona que parece presbiacusia, puedes ayudarle con su problema. Así, le facilitarás seguir las conversaciones teniendo en cuenta unas pautas muy sencillas:
- En primer lugar, cuando hables, mírale de frente. De esta forma, esta persona se podrá apoyar en tus expresiones faciales, en tus gestos y en el movimiento de tus labios (labiolectura).
- Asimismo, evita masticar o cubrirte la boca con las manos.
- En tercer lugar, en la medida de lo posible, elimina ruidos de fondo que pueda haber. En otras palabras, baja el volumen de ciertos aparatos, como son la televisión, la radio u otros murmullos de terceras personas. Por ello, lo ideal es que a la hora de conversar nos situemos en zonas tranquilas.
- En cuarto lugar, habla velocidad normal, sin exagerar demasiado el tono. Y, sobre todo, sin gritar, porque puede que esto distorsione la percepción de los sonidos.
- Por último, utiliza frases cortas y sencillas.
Debes tener en cuenta, además, que está comprobado que el uso de mascarillas dificulta la comunicación entre las personas.
Indudablemente, esto es debido a que la mascarilla hace que la frecuencia de nuestras voces varíe de tono y cambie de frecuencia y de intensidad sonora.
Por ello, personas con presbiacusia, pueden notar un empeoramiento en esta época de pandemia.
El audífono es la mejor solución en casos de presbiacusia
Actualmente, no existe ningún tratamiento disponible que permita recuperar la audición perdida. En ocasiones, el otorrino puede recetar algunos fármacos que permitan mejorar ciertos síntomas al paciente.
Pero, lo normal, es que se adapten audífonos en uno o ambos oídos.
Obviamente, el audífono no solo consigue que escuchemos con mayor claridad, sino que, en muchos casos, ayuda a ralentizar la pérdida auditiva. Pero, además, existen otras muchas estrategias que mejoran la calidad de vida del paciente, como por ejemplo, el uso de dispositivos de ayuda a la audición.
Por otra parte, numerosas Organizaciones nos recuerdan que la prevención es clave para retrasar la pérdida auditiva.
En otras palabras, debemos utilizar tapones, orejeras y equipos de protección especiales al exponernos a ruidos intensos de forma continuada.
En Óptica Gasset somos especialistas en el cuidado de tu audición. Por ello, si crees que no estás oyendo todo lo bien que deberías, o, si hace tiempo que no haces una revisión auditiva, puedes acudir a nuestro establecimiento. Pídenos cita llamando al teléfono 914 029 672, o rellena nuestro formulario de contacto.